La Nación

Salud 11-02-16

Mundo Sano y Médicos del Mundo van al territorio para atacar enfermedades como el Chagas y la tuberculosis

Chagas

Termina de hacer la cama y se siente agitada como si hubiera corrido una carrera. Cierra los ojos y cuando los abre no sabe dónde está, el mareo la desconcierta. Por unos segundos, Carmen Quispe no recuerda que vive en el Impenetrable chaqueño y que su marido está en el campo trabajando. No es la primera vez que le pasa. Carmen ya naturalizó ese puñado de síntomas, pero lo que no sabe es que tiene un nombre: mal de Chagas.

Los chequeos médicos son inexistentes cuando hay que dar de comer a una familia y un día de visita al hospital es un día de trabajo perdido. El acceso a la salud de un habitante de la colonia El Tacuruzal, en el Chaco, está representado por «la salita» ubicada a 20 minutos en auto o una hora caminando desde la zona de casas. Allí no lo espera un médico: hay un agente de salud y, según el día de la semana, una enfermera. La siguiente opción es el hospital de Tres Isletas, a una hora y media en auto o camión, o el de la localidad de Sáenz Peña. Sin embargo, si la complejidad del problema es aún mayor, su destino será el hospital Ferrando de Resistencia, a cuatro horas de viaje.

Se estima que el 41% de los argentinos no tiene cobertura privada de salud y el 37% accede al sistema estatal, cifras que se calculan a partir de encuestas poblacionales, ya que en el Ministerio de Salud no existe un registro permanente sobre la utilización de sus servicios a nivel nacional. En medio de estos porcentajes están aquellos que no pueden afrontar los costos del sistema privado y quienes no utilizan el sistema público ya sea por aislamiento o porque éste se encuentra colapsado.

Casos como el de Carmen Quispe se replican en muchos rincones del país, con enfermedades desatendidas que van despertando síntomas sin haber sido prevenidas a tiempo. Recién cuando el síntoma despierta y preocupa -y sólo a veces- sigue la visita al médico, cuando ya es tarde para tratamientos.

Síntomas desatendidos

«Las enfermedades desatendidas son las enfermedades de la inequidad, de la pobreza, las que no se quieren ver», afirma Marcelo Abril, director de Programas y Proyectos de Mundo Sano, una institución de la sociedad civil que promueve mejoras de salud en los sectores más vulnerables. Ponen el foco en las enfermedades que no están en mira para el desarrollo de nuevos medicamentos: Chagas, dengue, helmintiastis, leishmaniasis e hidatidosis.

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