En un momento marcado aún por la pandemia de la covid, Iberoamérica enfila también sus esfuerzos contra un mal regional: el de Chagas, una enfermedad endémica de América Latina que ha cobrado interés global por su expansión progresiva a diversas áreas de EE.UU., Europa, Canadá, Japón y Australia.

La lucha contra la transmisión maternoinfantil de esta enfermedad es uno de los cuatro nuevos ejes de cooperación regional acordados durante las reuniones preparatorias de la XXVII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará el próximo miércoles en Andorra.

El pilar de esa estrategia será el de «construir un futuro sin Chagas», explica a Efe Marcelo Abril, director ejecutivo de Mundo Sano, una fundación de origen argentino que participó en las rondas de discusión de la iniciativa con autoridades de los países y representantes de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).

Según los expertos, el Chagas, causado por el parásito Trypanosoma cruzi, es curable si se inicia el tratamiento poco después de la infección.

Pero ya en la fase crónica, la enfermedad puede llegar a generar trastornos cardíacos o alteraciones digestivas, neurológicas o ambas, y provocar con el tiempo la muerte súbita, por lo que su prevención se ha hecho prioritaria.

NINGÚN BEBÉ CON CHAGAS

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Chagas, de origen rural pero que tiene una creciente presencia urbana, es transmitido en un 80 % vectorialmente (por las heces o la orina de varios tipos de chinches), pero también por transfusiones de sangre, contaminación de alimentos, así como de madre a hijo.

No obstante, la transmisión congénita es la que más ha aumentado en los últimos años.

«Desde la década del sesenta se ha venido reduciendo el peso de la transmisión vectorial, por lo que la vía maternoinfantil se ha transformado en lo más importante. Y su impacto crece porque, al no depender de vectores, el mal está presente no solo en los países endémicos sino en todos aquellos donde hay migrantes latinoamericanos», señala Abril.

El programa «Ningún bebé con Chagas: el camino hacia nuevas generaciones libres de Chagas» se centrará, precisamente, en reducir la transmisión vertical de esta enfermedad parasitaria tropical, de la que se calcula que hay 1,12 millones de mujeres en edad fértil infectadas en América Latina y con la que cada año nacen contagiados entre 8.000 y 15.000 bebés.

La meta es lograr que todos los bebés nacidos con Chagas y las mujeres en edad fértil accedan al diagnóstico y tratamiento oportunamente con el fin de prevenir la transmisión maternoinfantil y reducir las secuelas en los infectados.

UN MAL QUE YA NO ES EXCLUSIVO

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan a que el Chagas es endémico en 21 países de América y afecta a un estimado de 6 millones de personas.

Además, en el continente se registran anualmente 30.000 nuevos casos y 12.000 muertes, mientras que otros 70 millones de personas están en riesgo de contraer la enfermedad.

Debido a los fenómenos migratorios, gran parte de las personas infectadas se encuentra ahora en áreas urbanas y la enfermedad se detecta cada vez más en Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y en países europeos, especialmente en España.

Por ello, Roberto Salvatella, consultor experto sobre la Enfermedad de Chagas de la OPS, considera que este mal se debe considerar ya «a nivel global», mejorando el diagnóstico y la prevención de transmisión en países como España, EE.UU., Japón o Australia, entre otros receptores de migrantes de Latinoamérica.

Abril, por su parte, mencionó que España tiene entre 60.000 y 100.000 personas con Chagas, principalmente de la comunidad boliviana, lo que lo convierte en la nación «con más infectados fuera de los países endémicos».

«España es un país muy particular con un contexto de salud desarrollado, con una mejor atención a los pacientes afectados. Muchas veces se trata de migrantes de primera generación que llegaron portando la enfermedad, pero con el paso del tiempo hay segundas y terceras generaciones que nacieron con Chagas por la transmisión maternoinfantil», agregó.

AVANZA LA PREVENCIÓN, FALTA DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Se estima que 7 de cada 10 personas con Chagas ignoran que padecen la enfermedad, debido a la ausencia de síntomas clínicos, y apenas un 1 % recibe la atención adecuada.

«Se trata solamente al 1 % de los infectados debido a la silenciosa presencia de síntomas clínicos o a una expresión sintomática ambigua», explica Salvatella, al insistir en que «ha habido un gran avance en prevención y control, pero no en el diagnóstico y tratamiento».

Los esfuerzos se han redoblado en casi todos los países y el pasado miércoles, coincidiendo con el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas, la ONU también anunció una iniciativa para mejorar el acceso a diagnósticos asequibles y el tratamiento y la atención en Brasil, Bolivia, Colombia y Paraguay.

Clarín – EFE – Nota completa

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