Un lugar paradisíaco para disfrutar del sol y de la brisa marina es Aruba, la isla caribeña a donde llegó un turista español para disfrutar de sus vacaciones. Pocos días después, por motivos de trabajo, tuvo que trasladarse a Japón y ahí empezó para él una odisea; porque, repentinamente, su cuerpo empezó a experimentar dolor de articulaciones, de cabeza y abdominal, fiebre muy alta y picazón. Los médicos japoneses no pudieron diagnosticar pronto la causa de su malestar, pues carecían de información actualizada sobre la patología de algunas enfermedades tropicales. Al principio le diagnosticaron dengue, luego supieron que se trataba de la fiebre chikungunya, una enfermedad vírica que el turista adquirió por la picadura de un mosquito infectado, en Aruba. Algunos signos clínicos de esta enfermedad se parecen a los del zika y el dengue, por lo que a veces se confunde el diagnóstico.

“Esta confusión ocurre más frecuentemente con las enfermedades tropicales desatendidas (ETD), por la falta de información y experiencia de algunos médicos con estos casos”, señala Ente Rood, investigador de epidemiología del Real Instituto de los Trópicos, en los Países Bajos. Él también ha constatado este problema con turistas holandeses que regresan afectados por alguna ETD de países asiáticos o africanos. “Al examinarlos, los médicos no siempre logran acertar con la patología de la enfermedad que les afecta. Es entonces cuando algunos empiezan comprender el drama que viven miles de personas que padecen las ETD”, comenta Rood. Por ello, él exhorta a que se invierta más en la investigación, diagnóstico y tratamiento de las ETD, así como en campañas de prevención a nivel mundial, “no solo en países donde estas enfermedades son endémicas”.

Por este mismo motivo, el distinguido sociólogo y profesor emérito de la Universidad de Ámsterdam Rob Hagendijk prefiere no enfatizar la relación de las ETD con la pobreza, “pues todos estamos expuestos a padecer estas enfermedades en lugares donde éstas son endémicas, si el ambiente reúne las condiciones necesarias para la propagación de vectores y si se ignoran las medidas de prevención”.

Un nuevo periodo vacacional se aproxima y, para algunos, es el momento de disfrutar de paraísos tropicales. Considerar “las precauciones básicas, como el consumo seguro de alimentos y agua, y la protección contra las picaduras de artrópodos, podría ayudar a prevenir muchas ETD en los viajeros”, sugiere un estudio publicado en la revista científica PLOS Neglected Tropical Diseases en julio de 2010 bajo el título: “Enfermedades tropicales desatendidas fuera de los trópicos”.

Las ETD son “un grupo de enfermedades que, aunque pueden tener un fuerte impacto en la salud pública, a menudo son infravaloradas o carecen de la inversión necesaria para impulsar sus investigaciones”, explica Rood, quien está especializado en el estudio de la oncocercosis. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera ETD a un grupo de 18 enfermedades que afectan a casi 1.500 millones de personas en todo el mundo, entre las que constan el dengue, la enfermedad de Chagas, la leishmaniasis y la oncocercosis. Muchas de estas 18 enfermedades causan discapacidad, desfiguración, exclusión social y muerte.

La enfermedad de Chagas es una ETD que afecta entre 8 y 10 millones de personas en todo el mundo, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud. Es endémica en varios países de América Latina; pero, por los flujos migratorios, esta enfermedad ha cruzado las fronteras. Se calcula que “entre 68.000 y 120.000 personas afectadas por esta enfermedad viven actualmente en Europa; sin embargo, hasta el 90% de los casos siguen sin diagnosticarse”. Así lo reporta un estudio realizado por B. Monge-Maillo y R. López-Vélez, cuyos resultados fueron publicados en mayo de este año en la revista científica Clinical Microbiology and Infection.

España lidera el ranking mundial de países no endémicos con mayor porcentaje de pacientes tratados por la enfermedad de Chagas. Se estima que en este país viven actualmente 55.000 personas con esta enfermedad y, desde 2012, se ha tratado al 10% de afectados, según reporta la Fundación Mundo Sano. Con el fin de facilitar el acceso al diagnóstico, tratamiento e información sobre la enfermedad de Chagas, este año se han llevado a cabo campañas (el 21 de mayo, en Madrid; el 28 de mayo, en Alicante, y el 4 de junio, en Murcia), las que permitieron que alrededor de 800 personas de origen latinoamericano accedieran a las pruebas diagnósticas. Estas campañas fueron organizadas por la Fundación Mundo Sano, los Centros Madrid Salud del Ayuntamiento de Madrid, el Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante, el Hospital General Universitario de Alicante y el Hospital Arrixaca.

Un informe recientemente publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta grandes avances en la lucha contra las ETD, tanto en el compromiso de los países endémicos para hacer frente a estas enfermedades como en la libre disponibilidad de medicamentos para tratarlos. Aunque estos avances son muy prometedores, es necesario que se mantengan los intereses y la financiación a escala mundial, para avanzar hacia el control y, en última instancia, la eliminación de las ETD.

Para el efecto, la OMS recomienda seguir invirtiendo en las siguientes áreas: investigación e innovación, capacitación e intercambio de conocimientos entre profesionales de la salud de países endémicos y no endémicos, monitoreo y evaluación de las ETD, integración de los programas de control de las ETD con otras iniciativas de desarrollo y apoyo logístico para la administración de fármacos. Priorizar el financiamiento en estas áreas sería un buen retorno de la inversión en salud pública, lo que permitirá tener un impacto muy positivo en la vida de millones de personas.

Las ETD causan morbilidad y mortalidad significativas en todo el mundo; especialmente la leishmaniasis, que es una de las diez primeras enfermedades infecciosas y una de las cinco primeras enfermedades parasitarias a nivel mundial. Para analizar los avances logrados en la lucha contra esta enfermedad, el Instituto de Salud Carlos III y la fundación suiza Iniciativa de Fármacos para Enfermedades Olvidadas (DNDi por sus siglas en inglés) organizaron el 6º Congreso Mundial de Leishmaniasis, que se llevó a cabo en Toledo, España, a mediados de mayo de este año.

Para hacer frente a la lucha contra las ETD, hace 10 años, un grupo de asociados mundiales se reunió para combatir conjuntamente este problema. Desde entonces, numerosos asociados locales e internacionales han colaborado con los ministerios de salud de los países donde estas enfermedades son endémicas.

En 2012, los asociados aprobaron la hoja de ruta de la OMS sobre las ETD y se comprometieron a proporcionar apoyo y recursos adicionales para eliminar 10 de las ETD más comunes. Cinco años después, el pasado 19 de abril, la comunidad especializada en ETD se reunió en Ginebra, Suiza, para revisar sus esfuerzos y renovar sus compromisos. Fue entonces cuando la OMS anunció que se ha logrado un “avance sin precedentes contra” 10 ETD, al presentar su informe titulado «Integración de la lucha contra las ETD en la salud y el desarrollo mundiales» (2017).

La celebración del 6º Congreso Mundial de Leishmaniasis se alineó con la “hoja de ruta de la OMS para enfermedades tropicales desatendidas”. Este es un plan de trabajo que ha impulsado avances sin precedentes en la lucha contra estas enfermedades, como la casi erradicación de la leishmaniasis en el sudeste asiático.

La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos, que fue reportada por primera vez en 1952, durante un brote ocurrido al sur de Tanzania. El nombre “Chikungunya” proviene del idioma africano Kimakonde y significa “doblarse”, en alusión al aspecto encorvado que lucen los pacientes, debido a los dolores articulares.

La fiebre chikungunya se ha reportado especialmente en África, Asia y el subcontinente indio; pero entre diciembre de 2013 y 2015 surgió un brote en varios países de América Latina y el Caribe, lo que generó miles de afectados y más de 300 muertes durante ese periodo, según reportes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Muchos de los afectados fueron turistas.

Pero, ¿cómo se transmite esa enfermedad a nivel internacional? “Los mosquitos no vuelan tan lejos. No van de país a país”, explicó durante ese brote la doctora Pilar Ramón-Pardo, asesora en manejo clínico de enfermedades infecciosas de la OPS. En su criterio, para que la fiebre chikungunya se expanda a nivel local, tienen que darse dos factores: que haya una persona con el virus y que exista el vector de transmisión: el mosquito o zancudo Aedes aegypti y el Aedes albopictus, que también es vector habitual de otras enfermedades, como la fiebre amarilla y el dengue (que es considerada una enfermedad tropical desatendida). (Fuente: María de los Ángeles Erazo/DICYT)

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