En este día internacional contra el Dengue te contamos cómo fue su origen, cuál es su situación epidemiológica actual y qué medidas hay que tener en cuenta para poder mantenerlo a raya.
Los virus transmitidos por el mosquito Aedes aegypti son un problema creciente de salud pública en países de zonas tropicales, subtropicales y templadas del mundo. Sin embargo, su origen y dispersión está presente desde hace ya más 500 años ya que su llegada a América se produjo durante los viajes de colonización en los siglos XV y XVI.
La dificultad de atravesar durante dos o tres meses el océano Atlántico, obligaba a las embarcaciones europeas a buscar sus provisiones en las Islas Canarias antes de iniciar la travesía y, fue así como los primeros criaderos del mosquito transmisor del dengue llegaron al continente americano desde las costas africanas. A medida que los territorios se ocupaban, el mosquito logró seguir el establecimiento de los colonos, adaptándose al hábitat humano hasta convertirse en la especie doméstica que actualmente conocemos.
Hoy, son varias las regiones que se ven afectadas por la presencia de especies de Aedes como Ae. aegypti y Ae. albopictus. Por ejemplo, en América, alrededor de 500 millones de personas viven en zonas con presencia de este mosquito y de otras especies con capacidad de transmitir los virus del dengue, zika y chikungunya, entre otros. Mientras que, en el Sudeste Asiático se concentra alrededor del 70% de la carga mundial de la enfermedad. Y, si a esto le sumamos el aumento de las temperaturas como consecuencia del calentamiento global, logramos encontrar una proliferación de los mosquitos en regiones donde antes no existían, como en Europa.
Históricamente, las iniciativas para disminuir los brotes de dengue se han centrado en el control del mosquito. Pero, la dispersión geográfica del mosquito y la introducción de los virus de chikungunya y zika, ponen en manifiesto las limitaciones de estos programas para contener la propagación del Aedes aegypti. Por eso, es importante reforzar las actividades de prevención y eliminación de potenciales criaderos ya que, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores, existen una gran cantidad de sitios que el mosquito aprovecha para depositar los huevos.
Las medidas de prevención a tener en cuenta en nuestros hogares
Las tareas de limpieza y mantenimiento en los patios y fondos de las viviendas son fundamentales. Es importante eliminar los objetos que se encuentran en desuso, para evitar que acumulen agua; vaciar y limpiar las paredes de los platos que se encuentran bajo las macetas; cambiar el agua de los bebederos de los animales y floreros; y limpiar las canaletas y cajas sanitarias de los patios y lavaderos.
A su vez, se recomienda colocar mosquiteros en puertas, ventanas y otras aberturas para reducir el ingreso de los mosquitos y utilizar insecticidas domésticos o espirales que cumplan la función de ahuyentar a los mosquitos.
Por otro lado, al momento de exponerse al aire libre, se recomienda que las personas tomen precauciones durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, ya que son los momentos de mayor actividad del mosquito. Mientras que, para el resto del día, una forma de prevenir las picaduras es utilizando siempre ropa clara que cubra brazos y piernas, y repelentes, que tienen que ser renovados cada cuatro horas.
Es importante no automedicarse y concurrir al médico
Los síntomas son similares a los de una gripe, varían de una persona a otra, aunque en el caso de dengue el paciente no presenta catarro, no está resfriado ni le duele la garganta. Los síntomas ante los que se recomienda recurrir al hospital son: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mialgias, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, pérdida de apetito y erupciones cutáneas. En ningún caso se recomienda la automedicación previa a la consulta con el médico, ya que puede inhibir los síntomas.