El viernes 4 de junio, en Hernandarias – Paraguay, se llevó a cabo la primera actividad de voluntariado entre la cátedra de Química de la Universidad de Integración Latinoamericana (UNILA) de Foz de Iguazú, Brasil, Pomera Maderas (Paraguay) y Mundo Sano.

Teniendo en cuenta que el lavado de manos con agua y jabón es una de las estrategias de salud pública más eficaces y económicas, durante el evento se conversó sobre la importancia del correcto lavado de manos y hacer de éste un hábito saludable. Al aire libre y cumpliendo con los protocolos sanitarios establecidos, el día del evento los participantes, guiados por los docentes de UNILA, realizaron unos 100 jabones reutilizando 7 litros de aceite de cocina que habían recolectado semanas antes junto con cartones de leche vacíos.

El proyecto fue lanzado por la cátedra de Química de la UNILA y coordinado por el profesor Alvaro Barcellos Onofrio. Incluye la recuperación, el reciclado y puesta en valor del aceite de cocina, que suele ser usado en los hogares para cocinar y termina en las cañería  o zanjas. Reciclarlo para realizar jabones ecológicos resulta en que sean más económicos que los comunes y además ayuden a cuidar el planeta.

Participaron de la actividad 8 voluntarios corporativos de Pomera y Fundación Mundo Sano, representantes de 7 escuelas primarias, uno de la Fundación Moisés Bertoni, 2 colaboradores externos de Pomera, la alumna Lilian Guillen Almeida y los profesores Alvaro Barcelos Onofrio y  Ana Karla Neves de la catedra de Química de UNILA.

La articulación entre Mundo Sano, la cátedra de Química de la UNILA y Pomera Maderas permitió potenciar el trabajo de prevención de las enfermedades infecciosas. La Fundación promovió, un vez más, el hábito del correcto lavado de manos con agua y jabón, la Cátedra de Química de la UNILA, en su área de extensión la creación de jabones y la transferencia de esta fórmula y sus pasos a la comunidad para que puedan realizarlos. Por su parte, Pomera Maderas desde hace dos años abre sus puertas para realizar actividades de voluntariado con las comunidades con las que vienen trabajando.

El Covid-19 nos recuerda la necesidad de aprovechar el impulso actual para crear una cultura de higiene de manos y hacer de la misma un pilar de las intervenciones de salud pública más allá de la pandemia.

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