Ningún bebé con Chagas. Ojalá fuese un hecho. Pero cada año nacen alrededor de 9000 niños con esa enfermedad en el mundo. Uno por hora. El gran obstáculo para revertir este cuadro es la falsa percepción de que es un problema superado. Darle visibilidad es fundamental y la Fundación Mundo Sano que preside Silvia Gold, lanzó una campaña para que en 2030 no nazca ningún bebé con Chagas. “Una mujer hace cualquier cosa por cuidar a su bebé, antes, durante y después del embarazo. Si una mujer sabe y tiene claro que tiene el riesgo de transmitirle una enfermedad, pero que tiene opción de tratarse y entonces no transmitirla, nosotros estamos seguros de que lo va a hacer”, afirma Silvia, que desde hace décadas visibiliza las enfermedades desatendidas, aquellas que afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad.
El Chagas es una enfermedad parasitaria cuyo agente causal es el Trypanosoma cruzi que se transmite por las heces de las vinchucas cuando la persona es picada. También puede transmitirse de una madre infectada a su hijo en el embarazo o en el parto, por transfusión de sangre o trasplantes de órganos de una persona infectada, o por ingesta de alimentos o bebidas contaminadas. “La meta 2030 alineada con los objetivos de desarrollo sustentable de las Naciones Unidas, es eliminar la transmisión materno infantil”, explica Silvia. El desafío es lograr que todas las mujeres en edad fértil y todos los bebés nacidos de madre afectada, accedan a diagnóstico y tratamiento. Con casi 8 millones de personas infectadas en el mundo, la enfermedad es endémica en Latinoamérica pero se expandió a otros países, especialmente a Estados Unidos y España. El objetivo de esta campaña global es la prevención y que cuando una joven visite por primera vez al ginecólogo se incluya la prueba de Chagas en los análisis de rutina. “Queremos que se traten antes de su primer embarazo, porque está demostrado que la mujer que se trata antes, ya no transmite durante el embarazo”, apunta.
Hace 19 años que Silvia lidera esta lucha contra el Chagas desde la fundación que creó su padre en 1993. Pero su trayectoria se inició mucho antes, y en ella su familia fue clave. Sus padres la alentaron con el ejemplo a ir a la universidad y su marido y sus hijos la impulsaron a volver a la investigación en el momento justo. “Me recibí de bioquímica con dos hijos, me fui a España en el 76 con el doctorado hecho y empecé a trabajar con mi marido. Yo trabajaba en la parte de organización y finanzas. No era lo que más me gustaba, pero estábamos empezando. Cuando la empresa creció y se podía tener contadores, me empezaron a dar más ganas de meterme en aspectos más profesionales. Y estaba que sí, que no. ¿Empezar de nuevo? ¿Volver a la ciencia? No me acuerdo cuántos años cumplí, más de 45 y mis tres hijos me hicieron el cumpleaños. Me regalaron un guardapolvo blanco y una edición nueva de la bioquímica básica de Lehninger. Me marcó muchísimo porque era como que mis hijos me dijeran: ´pónete el guardapolvo blanco y volvé a la bioquímica, no le tengas miedo”. A eso se sumó el apoyo de su madre: “le dije, ´pero mamá ¡tengo cuarenta y pico, empezar de nuevo con otra cosa!´ y me dijo ´¡ay hija! sos tan joven´”. Y Silvia regresó a su vocación.
Con un trabajo consistente en el tiempo, sus éxitos son muchos. En 2012, gracias a la presencia de Mundo Sano, la enfermedad de Chagas fue incluida en la Declaración de Londres, documento fundacional de la coalición internacional Uniting to combat NTDs, promovida por la Fundación Bill y Melinda Gates para controlar y erradicar diez enfermedades desatendidas. La Fundación que preside Silvia es el único miembro latinomericano de esa coalición. También en 2012, dando respuesta al desabastecimiento global que existía, Mundo Sano lideró la creación de un consorcio público privado para producir benznidazol en Argentina, uno de los dos medicamentos existentes para el tratamiento de la enfermedad de Chagas. Al año siguiente, Insud Pharma inició el proceso ante la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos para lograr, en 2017, el registro de benznidazol para el tratamiento de esa enfermedad en ese país.
Más allá de estos hitos, a Silvia la reconforta el reconocimiento de sus pares. “Uno de los logros muy lindos en mi vida es que me hicieron miembro de la Academia Nacional de Bioquímica. Yo no esperaba ingresar al mundo académico, ingresé por la contribución a la salud pública”. Intentar cambiar la historia de esta enfermedad es el sueño que la impulsa. “Tengo tres hijos, diez nietos. Soy buena madre, buena abuela. Los disfruto, pero creo en el objetivo de aportar algo distinto a la sociedad en el mundo en que vivimos, de ayudar un poco más allá de la familia de uno. Además a mis hijos y a mis nietos les encanta. Este tipo de tareas transmite valores, son legados también. Me gusta porque el video de la campaña habla de la herencia y en la fundación hablamos de los legados. Yo digo que recibí la fundación como un legado de mi papá y me gusta habérselo transmitido a mis hijos y ver que ya empiezan mis nietos. CREO EN EL OBJETIVO DE APORTAR ALGO DISTINTO A LA SOCIEDAD en el mundo en que vivimos, de ayudar un poco más allá DE LA FAMILIA DE UNO”.
LA FUNDACIÓN MUNDO SANO LOGRÓ QUE LA ENFERMEDAD FUERA INCLUIDA EN LA DECLARACIÓN DE LONDRES SOBRE MEDICINA.
Fuente: Marie Claire