30 de enero, Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas

La pandemia de COVID-19 ha afectado a todas las personas del mundo y, especialmente en países de bajos y medianos ingresos, ha contribuido a agravar aún más la invisibilidad de las personas afectadas por enfermedades que podrían ser totalmente evitables, tratadas y eliminadas.

Buenos Aires, enero de 2021.- El próximo 30 de enero se recuerda el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (World NTD Day), un grupo conformado por 20 afecciones como la enfermedad de Chagas,  leishmaniasis, lepra y geohelmintiasis que afecta a 1.700 millones de personas en el mundo. Estas enfermedades están presentes principalmente en las poblaciones en situación más vulnerable, con escasos ingresos y acceso limitado a los servicios de salud. Los tratamientos para las ETD son antiguos, caros, tóxicos o simplemente inexistentes, y a veces agravan el sufrimiento de los pacientes.

A fines de 2020, los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunieron virtualmente para la 73ª Asamblea Mundial de la Salud y dieron un paso audaz en la lucha contra las 20 enfermedades tropicales desatendidas al apoyar una nueva “hoja de ruta” para la próxima década. Sobre la base de la primera edición del documento, publicada en 2012, la OMS establece metas para 2030 que incluyen la eliminación de al menos una enfermedad tropical desatendida en 100 países y la reducción en un 90% del número de personas que requieren intervenciones médicas para ellas.

En las últimas décadas, el progreso en la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas ha sido importante. Hay personas que ya no necesitan intervenciones contra varias ETD porque 42 países o regiones han eliminado al menos una de estas enfermedades. En África, se ha desarrollado el primer tratamiento oral para la enfermedad del sueño, que redujo los casos de treinta mil a apenas mil por año.

Sin embargo, una parte significativa de la población todavía permanece al margen de esta revolución. “Con la nueva hoja de ruta de la OMS, tenemos una gran responsabilidad y la oportunidad de unir esfuerzos para desarrollar nuevas herramientas de salud e implementar medidas que nos permitan avanzar en la agenda de las ETD y eliminar o controlar las enfermedades que tanto afectan a nuestros pueblos”, destaca Marcelo Abril, diretor ejecutivo de la Fundación Mundo Sano.

Para la enfermedad de Chagas, la infección parasitaria que más mata en Latinoamerica, se espera lograr interrumpir la transmisión vectorial, congénita, por trasplante y transfusión en 15 países hasta 2030. A su vez, se planea eliminar la leishmaniasis visceral como problema de salud pública en hasta 64 países a lo largo de la próxima década.

A pesar de no haber alcanzado todavía el acceso equitativo a las vacunas, tratamientos y diagnósticos para la COVID-19, los países han avanzado en la investigación y desarrollo de nuevas herramientas de salud con una rapidez sin precedentes. El nacimiento de plataformas de intercambio de datos y el trabajo conjunto entre farmacéuticas e instituciones de investigación de diversos países han demostrado que, tratándose de un objetivo común, la inversión y el esfuerzo colectivo optimizan el tiempo para obtención de resultados.

No obstante, es esencial que la comunidad global transforme la crisis sanitaria en lección aprendida y se movilice para acelerar el combate a las enfermedades tropicales desatendidas, igualmente devastadoras, que hace tiempo constituyen un reto a la salud global y provocan sufrimiento en las poblaciones más vulnerables del mundo. A medida que la pandemia comienza a entrar en un escenario de control y los sistemas de salud se reactivan para atender a las personas que habían estado limitadas en su atención regular, las enfermedades desatendidas deben tornarse prioridad”, afirma Sergio Sosa-Estani, director del Programa de la Enfermedad de Chagas de la DNDi América Latina.

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