Más de la mitad de los contagiados viven en esta región del país. El alerta ya no radica tanto en la infección por la vinchuca sino por la transmisión de las madres a sus bebés.

A la enfermedad de Chagas se la solía asociar con zonas rurales del norte del país y con la presencia de su vector: las vinchucas o chinches. Sin embargo, desde hace tiempo que dejó de ser así. Más de la mitad de los infectados viven en Ciudad y Provincia de Buenos Aires, según confirma a Clarín Favio Crudo, infectólogo experto en Salud Pública y Epidemiología y coordinador de proyectos sobre el tema. Y hoy se vuelve relevante otra forma de transmisión, la vertical, de la madre al bebé. En el día mundial de esta enfermedad, especialistas se refieren al diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las complicaciones.

“Argentina es el país con más casos de Chagas a nivel mundial, son 1,6 millones de personas que lo tienen. El examen para diagnosticarlo es sencillo (se hace mediante una extracción de sangre) y gratuito al igual que el tratamiento”, cuenta Marcelo Abril, biólogo y director ejecutivo de la Fundación Mundo Sano, que trabaja para transformar la realidad de las personas con enfermedades desatendidas.

A pesar de esto, existe un subregistro de casos: hay infectados que no lo saben y otros que, incluso enterados, no reciben el seguimiento médico adecuado.

Nuestro país está primero en números absolutos por “cuestiones ambientales y ecológicas” que propician que el vector se reproduzca pero también “por las condiciones de vulnerabilidad en las que vive parte de la población que no tiene acceso a la salud y, por lo tanto, no se testea ni se trata”, explica Abril.

Cambios vinculados a la transmisión
“Con el correr de los años, ha disminuido la cantidad de pacientes que se contagian en forma vectorial, es decir, a través del Triatoma infestans o vinchuca por las medidas de control de estos insectos que se realizan en las zonas endémicas (vigilancia y fumigación periódica). Es por esto que, proporcionalmente, empieza a tomar más importancia la transmisión materno-infantil”, aporta Crudo.

Señala que durante el embarazo el test del Chagas es obligatorio pero que no siempre se hace y que el tratamiento está contraindicado durante la gestación. Por lo que lo ideal, dice Crudo, sería que toda mujer en edad fértil se haga el examen antes de buscar un bebé.

Igualmente, saberlo durante el embarazo es fundamental para que la madre se medique luego del parto y para que el niño sea testeado y, en caso de tener la enfermedad (la transmisión vertical es de entre un 4% y un 8%), pueda tratarse en forma temprana. “Si reciben la medicación durante el primer año de vida, la eficacia terapéutica resulta cercana al 100%”, precisa Abril.

La estimación global es que 9 mil niños nacen por año con la infección. Y que, en nuestro país, son 2.300, sigue Crudo.

Las complicaciones de la enfermedad
“En el 30% de los casos, el Chagas desarrolla complicaciones severas, cardíacas o digestivas, a largo plazo (hasta 40 años después de infectarse)”, comenta Abril.

Crudo advierte que suele provocar más dificultades cardíacas que digestivas en Argentina, se cree que esto se debe al linaje del parásito predominante en nuestro país y a ciertas características de la población local, entre otros aspectos. Las afecciones más destacadas son la “miocardiopatía dilatada, insuficiencia cardíaca, arritmias y muerte súbita”.

En esta misma línea, María Florencia Renedo, coordinadora de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante Cardíaco del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, afirma que “se estima que el 30% de los infectados por Chagas desarrollará miocardiopatía dilatada, de los cuales entre el 1% y el 10% puede requerir un trasplante”.

Y, según datos del Incucai aportados a Fundación Favaloro, 6,5% de los pacientes en lista de espera por un corazón tienen una miocardiopatía dilatada chagásica y el 7% de los que recibieron un trasplante cardíaco en los últimos 10 años lo necesitó por causas asociadas a esta enfermedad.

Los detalles del tratamiento
El tratamiento es gratuito, se extiende por entre 30 y 60 días y hay dos medicaciones disponibles en el país que se administran por vía oral. También existen formulaciones pediátricas. Una de ellas fue autorizada en 2020 por la FDA y se encuentra en fase de aprobación por parte de la ANMAT. Según detalla el pediatra Jaime Altcheh, jefe del servicio de Parasitología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, allí se desarrollaron los ensayos clínicos para validar dicha medicación pediátrica.

“En el hospital de niños contamos con reactivos para diagnosticar y fármacos para tratar el Chagas. Hay que seguir trabajando para detectar la infección en embarazadas y así poder testear a sus hijos y medicarlos en forma temprana”, sostiene Altcheh, que asegura que no siempre ocurre esto. “Nos encontramos con fallas globales en el sistema de salud: no se solicitan los testeos, no se indican los tratamientos en tiempo y forma y, en algunos casos, no se cumple con el seguimiento”, agrega.

En este mismo sentido, Crudo remarca que “con las herramientas disponibles, la enfermedad de Chagas ya debería haber dejado de representar un problema de salud pública”.

Quiénes deben testearse
Además de a las mujeres en edad fértil, a las embarazadas y a los niños recién nacidos que tengan madres que hayan dado positivo, se recomienda testear a todo aquel que haya vivido en una zona endémica (es decir, gran parte del norte y el centro de nuestro país) o a los que tengan madres que provengan de dichas zonas y no cuenten con un test de Chagas negativo.

“Por las migraciones internas y de países limítrofes, hoy el Chagas no está solo presente en las zonas endémicas. Incluso más del 50% de los pacientes se encuentran divididos entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires”, comparte Crudo.

En tanto, Abril resalta que para este año y en el marco del Día Mundial de la Enfermedad del Chagas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está utilizando el lema “Ayudanos a saber dónde estamos y cuántos somos los afectados por el chagas” porque “en la actualidad, no se lo puede circunscribir a una sola zona”.

A su vez, se refiere al subregistro. “Lo observamos cuando encaramos acciones concretas. En las afueras de La Plata, por ejemplo, realizamos una experiencia de testeos que se extendió por cinco años. Nos encontramos con más de 1.000 positivos”, suma e insiste en que la clave está en detectar la infección lo antes posible para evitar que avance y que haya que lamentar complicaciones.

Clarín – Nota completa

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