Hoy es el día más indicado para promover la intervención de políticas públicas que permitan mejorar la calidad de vida de las 8 millones de personas que aún se encuentran afectadas por el mal de Chagas en toda Latinoamérica.
Esta cifra es aún más contundente si se piensa en los 100 millones de habitantes en riesgo de padecerla por las condiciones de vivienda, y 2 millones que padecen enfermedad cardíaca por Chagas.
«Este 14 de abril, Día Internacional del Chagas, vale la pena recordar que –a pesar de los logros obtenidos– es necesario multiplicar las energías para hacer frente a esta enfermedad, por la que mueren anualmente más de 10.000 personas», señaló Marcelo Abril, director de Programas y Proyectos de Fundación Mundo Sano, organización dedicada a la investigación y promoción de proyectos destinados a la erradicación de enfermedades desatendidas que afectan a más de 1.000 millones de personas en el mundo.
El Chagas afecta a más de 6 millones de personas en el mundo. Pero tiene tratamiento.

EN ARGENTINA
En nuestro país, la relación es bastante similar: 7 millones de habitantes están en riesgo de contraerla, mientras que entre 1.600.000 y 2.500.000 se encuentran infectados, y 350.000 pacientes presentan cardiopatía por Chagas.
En este sentido, es importante recordar que el Chagas es la tercera enfermedad parasitaria que causa miocardiopatía en Latinoamérica, detrás de la malaria y la esquistosomiasis; siendo el corazón, el cerebro, el aparato digestivo y el músculo los principales órganos afectados por el parásito.
En este sentido, desde la Fundación Cardiológica Argentina nos comprometemos a brindar información sobre la enfermedad como una manera de contribuir a transformar la vida de millones de habitantes que se encuentran expuestos a esta realidad.

COMO SE CONTAGIA
La transmisión del Chagas por la vinchuca predomina en las zonas rurales o selváticas. En zonas urbanas, la principal forma de transmisión es por vía vertical: de madre con Chagas a hijo (a partir del cuarto mes de embarazo) en el 4,5% de los casos; por vía transfusional (en la actualidad muy improbable ya que todos los bancos de sangre realizan los controles correspondientes) en un 1,5% de los casos; por trasplante de órganos de paciente con Chagas a uno sin la enfermedad; y por accidentes de laboratorio (cuando un profesional trabaja con cultivos del parásito).
Otra forma de contagio puede ser la digestiva, generalmente cuando en zonas rurales se consumen animales silvestres con el parásito, al estar crudos o con cocción deficiente el mismo parásito continúa vivo e ingresa al cuerpo humano y se disemina por el organismo.
La enfermedad se diagnostica con un simple análisis de sangre. Se realizan 2 determinaciones serológicas. Si las dos dan positivas el paciente tiene enfermedad de Chagas; si una es positiva y otra negativa, el análisis es dudoso y se realiza una nueva determinación serológica (la tercera) que define la presencia o no de la enfermedad. En cambio, si las dos determinaciones son negativas el paciente no la presenta.
A todo niño de madre con Chagas se le efectúa al nacer estudios de sangre para detectar la presencia del parásito. Si no está presente, no se toma ninguna actitud, solo controles periódicos del niño. Si nace con el parásito en sangre, se inicia un tratamiento con una droga que lo elimina de la sangre (la cura se observa en el 90% de los casos).

SINTOMAS A TENER EN CUENTA
En relación a los síntomas de la enfermedad, en caso de afección cardíaca se puede presentar palpitaciones, mareos, desmayos, síncope (pérdida de conocimiento de origen cardíaco), fatiga, hinchazón de pies (por acumulación de líquido en pulmones y piernas).
En presencia de una afección digestiva, puede manifestarse dificultad para deglutir, regurgitación de la comida, constipación mayor a 10 días. En caso de afectación de cerebro, se presenta Meningitis o encefalitis (puede tener fiebre, convulsiones, falta de fuerzas en un brazo y la misma pierna – lado derecho o izquierdo).

COMO SE PREVIENE
Para prevenir la enfermedad es necesario cumplir con un trípode fundamental: vivienda digna, educación sanitaria y fumigación periódica con control epidemiológico. Esto implica, entre algunas acciones: reemplazar los ranchos de paja por casas de material, mantener la limpieza constante de las viviendas, evitar dormir con animales domésticos adentro, remover los gallineros o corrales por lo menos a 12 metros de la casa, cambiar el techo de paja 1 vez al año.
(*) Fuente: Dr. Sergio Auger – Miembro de la Fundación Cardiológica Argentina y Fundación Mundo Sano.

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