Se estima que 1.600.000 personas están infectadas en nuestro país y que 9 jurisdicciones tienen contagio por vectores. Especialistas explicaron el panorama nacional, remarcaron la importancia de cortar la vía de transmisión materno infantil y destacaron que el presupuesto asignado a los programas vinculados es el más alto de la última década.
En 2019 la Organización Mundial de la Salud instituyó el 14 de abril el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas con el objetivo de visibilizar una enfermedad que afecta a más de 7 millones de personas en el mundo, de los cuales el 20% corresponde a Argentina. Descubierta en 1909, esta patología lleva más de un siglo siendo una deuda pendiente para el sistema de salud nacional.
El parásito Trypanosoma cruzi se transmite a través de las vinchucas, insectos voladores que suelen picar a las personas dejando cerca de la mordedura excrementos infectados que son introducidos en el cuerpo cuando la persona se rasca. También puede transmitirse por transfusión de sangre, donación de órganos o de la madre al bebe durante el embarazo. Durante años la enfermedad puede pasar desapercibida por falta de síntomas, pero con el tiempo puede atacar al corazón y al sistema nervioso.
Según se estima, 1.600.000 de personas están infectadas en nuestro país. “El 30% de las personas con chagas desarrolla problemas graves. Una de las principales manifestaciones son las complicaciones cardíacas que se van agravando hasta llegar a la insuficiencia, que muchas veces termina en muerte súbita”, explicó Marcelo Abril, director ejecutivo de Mundo Sano, una fundación que se aboca a enfermedades desatendidas. Anualmente, 10.000 personas mueren en el mundo por esta patología.
El 30% de las personas con chagas desarrolla problemas graves. Una de las principales manifestaciones son las complicaciones cardíacas
Desde la década del 60, nuestro país lucha para controlar el contagio. Actualmente 10 provincias no tienen transmisión por insectos y están certificadas. “Sin embargo, sesenta años después aún tenemos transmisión por vectores en 9 jurisdicciones”, explicó Ricardo Hernández, director del Área Chagas de la Coordinación Nacional de Vectores en Ministerio de Salud de la Nación. El funcionario también se refirió a la situación regional y explicó que Brasil, Paraguay y Uruguay tienen la certificación de país libre de la transmisión vectorial domiciliaria.
“En estos años hubo avances significativos en la reducción del contagio, en el control de las transfusiones de sangre segura y en el trasplante de órganos, pero no tenemos los mismos logros en el tratamiento para personas infectadas y ahí tenemos una materia pendiente. Hay que hacer un gran trabajo para lograr que la patología forme parte del primer nivel de atención del sistema de salud. La otra gran deuda es terminar con la transmisión de madres a sus hijos”, explicó Abril de Mundo Sano, organización en la que en 2019 crearon la campaña Ningún Bebe con Chagas.
Niños con Chagas
Según estiman desde la fundación, nacen anualmente 1.300 bebés con chagas, lo cual representa un promedio de 4 chicos por día en Argentina. «A nivel global son 9 mil niños que nacen cada año con esta patología; estamos hablando de uno por hora. Terminar con esta vía de transmisión es un objetivo ambicioso pero realizable: hay que diagnosticar y realizar controles durante el embarazo. Si da positivo, se debe hacer un seguimiento y estar atentos al momento del nacimiento. Es más eficaz si el niño es tratado en el primer año de vida así se liberan de tener hipotecada su salud en el futuro”, remarcó Abril.
Hernández por su parte, comentó que trabajan para terminar la transmisión congénita, pero la pandemia no ayudó. “Por año se testean más de 300 mil mujeres embarazadas, pero por el COVID-19 este número cayó porque hubo menos concurrencia a controles y porque los recursos humanos para realizar estos estudios se abocaron a la emergencia sanitaria”, señaló el funcionario.
“En la transmisión de madre a hijo es donde tenemos la brecha de cobertura más tremenda e injusta. Queremos potenciar este trabajo. El niño debe evaluarse al nacer y si es negativo, hay que volver a estudiarlo cuando cumple 10 meses. Así hasta el año y medio. Entre el 40% y 50% de los niños que nacen de progenitoras positivas se les hace el estudio, pero cuesta mucho garantizar el seguimiento a los negativos y a los no estudiados. Como resultado, ahora estamos teniendo una cobertura de un 4 al 5% de los hijos de positivas estudiadas, cuando debería ser al 100%”, lamentó Hernández.
Está demostrado que un niño hijo de madre positiva, con el tratamiento adecuado puede superar la enfermedad. “Hasta los 19 años hay probabilidad de que se curen”, aseveró Hernández. Asimismo, si la mujer positiva recibe tratamiento se reduce la posibilidad que en un futuro al quedar embarazada su hijo tenga chagas.
Siguiendo la línea de Hernández, “el objetivo es en tres años no tener más transmisión vectorial y certificar al país en su conjunto. Nuestro segundo gran fin es terminar con la congénita. Para esto estamos monitoreando a las provincias y trabajando en conjunto. La idea es que las jurisdicciones empiecen a resolver el problema o a cambiar sus estrategias. De acá al 2024 queremos que no nazcan más niños con chagas”.
Ley 26.281
A más de trece años de la sanción de la normativa que busca prevenir, controlar y erradicar de todo el territorio nacional la enfermedad de chagas, aún sigue sin reglamentarse. El año pasado, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), junto a otras organizaciones y personas que viven con con la enfermedad enviaron una nota solicitando su reglamentación. “Nos respondieron que habían iniciado el proceso y que constaba de cuatro etapas, una de ellas incluía una instancia para participación de la ciudadanía y de las organizaciones”, informó Francisco Rodríguez, abogado de ACIJ.
En este sentido, Hernández coincidió en que ese avance es necesario e indicó que con la actual gestión lograron comenzar el proceso. «Sabemos que se va a iniciar un espacio de consulta donde van a participar expertos y organizaciones. Creemos en la participación de las comunidades porque trabajamos para la población y son quienes tienen que estar representados”.
Otro avance en la temática es la suba del presupuesto. El abogado Rodríguez indicó que este año las partidas asignadas a los programas vinculados a la patología fueron las más altas de los últimos 10 años. «También festejamos la creación del Plan Nacional de Chagas, pero estamos esperando que lo pongan a disposición. Así y todo, notamos un cambio sustantivo en relación a las políticas públicas y creemos que son medidas que van en una buena dirección”.
Según ACIJ, hay aproximadamente 7 millones de argentinos expuestos al contagio y más personas viviendo con Chagas que en Brasil y México, que tienen más población
Según ACIJ, hay aproximadamente 7 millones de argentinos expuestos al contagio: “Tenemos más personas viviendo con chagas que en Brasil y México, que tienen más población. Es la principal enfermedad endémica del país que requiere un trabajo coordinando esfuerzos. Es un compromiso que asumimos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Desde el área de Hernández trabajan en un plan de capacitación y sensibilización para los equipos de salud, y prontamente se incorporarán más técnicos y profesionales con quienes para este año esperan poder controlar y erradicar el vector de 140 mil viviendas. Además, Rodríguez mencionó que trabajarán en la campaña “Atención y servicios de salud integrales y equitativos para todos” de la Organización Panamericana de la Salud con el objetivo de empoderar, visibilizar la problemática y terminar con los prejuicios.
Para finalizar el funcionario remarcó: “La población tiene que saber que el chagas existe en todo el país pero que se cura en una gran mayoría. El diagnóstico y el tratamiento son gratuitos. No es una enfermedad que debe dar vergüenza, puede estar en todos los hogares. Hay que desestigmatizarla”
En primera persona
Brigitte descubrió que tenía chagas al tiempo de llegar a España. “Gracias a mi madre, que sabía de la transmisión durante el embarazo, me hice los análisis. Me acerqué a la Unidad de Medicina Tropical del Hospital Ramón y Cajal, me hice la prueba y me dio positivo”, recordó.
“Me traté porque me dijeron que si pensaba en algún momento tener hijos el tratamiento evitaría transmitírselo. Fue una tranquilidad el haber podido hacer todo lo que estaba a mi alcance. Ahora tengo dos niñas y un niño que nacieron sanos”.
Es una patología de la que poco se habla pero afecta a muchos. “A las personas que la tienen les diría que si se trataron, hagan el seguimiento; y si no lo hicieron que lo hagan cuanto antes y busquen información porque hay hospitales preparados que pueden ofrecerles tratamiento para llevar mejor la enfermedad. A quienes tienen dudas, les animaría a que busquen los recursos para que se informen: no vivan con miedo y no sean indiferentes porque hay muchos centros que pueden ayudarlos”, recomendó Brigitte.
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